Desde que fue liberada como parte del proyecto de reintroducción del aguará guazú en la Reserva El Potrero, continuamos monitoreando a Chamarrita a través del collar satelital que lleva puesto. Esta herramienta nos envía datos valiosos sobre sus desplazamientos, permitiéndonos comprender cómo se adapta a la vida silvestre y cómo utiliza los diferentes ambientes.
Hace ya un tiempo, Chamarrita cruzó hacia Uruguay, explorando nuevos territorios. Gracias a las señales del collar pudimos seguir su recorrido y, recientemente, realizar una salida de campo para intentar observarla. Fue así que logramos registrar imágenes y videos que confirman lo que más esperábamos: Chamarrita está fuerte, activa y plenamente adaptada.
Poder verla en su hábitat natural, adaptada y saludable, es una confirmación valiosa del trabajo que hay detrás de su historia: el esfuerzo conjunto de muchas personas comprometidas con la conservación del aguará guazú y la restauración de su presencia en la región.
Monitorear a Chamarrita no es solo una tarea técnica; es una forma de acompañar su proceso, de aprender de ella y de cada uno de sus movimientos. Cada señal que llega refuerza una idea: conservar no termina con la liberación, sino que continúa en cada paso que dan los animales que regresan a la vida silvestre.
Chamarrita sigue su camino, y nosotros seguimos acompañándola —con respeto, con ciencia y con esperanza.



