A más de un mes de su liberación, Chamarrita —la joven hembra de aguará guazú reinsertada en El Potrero— continúa siendo monitoreada mediante un collar de rastreo satelital, que permite al equipo de la Reserva seguir sus movimientos y obtener información clave sobre su adaptación al entorno natural.
Los primeros datos satelitales llegaron dos días después de su liberación. A partir de ese momento, el equipo técnico comenzó un trabajo intensivo de campo para identificar huellas, rastros y posibles presas capturadas, además de instalar cámaras trampa que permitieran obtener imágenes de Chamarrita en libertad. La primera evidencia clara de su actividad fue el hallazgo de un chajá depredado, con huellas en los alrededores que indicaban la presencia de la aguará guazú. Días después, las cámaras confirmaron su paso por la zona y, durante una recorrida nocturna, fue posible observarla mediante visores térmicos, desplazándose con tranquilidad y explorando su nuevo entorno.


Desde entonces, los datos obtenidos a través del collar satelital muestran que permanece dentro del área protegida, alternando caminatas exploratorias con momentos de descanso y alimentación. Las coordenadas recibidas permiten identificar patrones de uso del hábitat, aportando información valiosa no solo sobre el comportamiento de Chamarrita, sino también sobre las condiciones del territorio para posibles futuras reintroducciones.
El monitoreo se realiza tanto de manera remota como en territorio, mediante recorridas a pie por parte del equipo de la Reserva, que visita los sitios donde se agrupan los puntos de localización para recolectar evidencia de su presencia. Gracias a este sistema combinado de seguimiento, ha sido posible registrar sus desplazamientos sin interferir en su comportamiento natural, ya que el aguará guazú es una especie de hábitos solitarios y comportamiento esquivo, difícil de observar directamente.
El seguimiento de Chamarrita representa una herramienta fundamental para entender cómo se comporta esta especie en libertad y evaluar el impacto de los esfuerzos de conservación. Cada dato recolectado es un paso más hacia el fortalecimiento de las acciones para proteger al aguará guazú en Entre Ríos.





